lunes, junio 13, 2005

La visión irreductible

¿Dé dónde sale la energía cuando no hay energías?
Siempre me he preguntado -existencialmente por supuesto- de dónde sale la energía cuando ya no queda energía.
No hablo de cuando estamos relajados, o bien descansados y cualquier programa se puede intentar, cuando rebosamos de ganas. Eso tiene una explicación lógica y por consiguiente, totalmente inzulsa. Carece de misterio y por ello no tiene demasiada gracia.
Qué es lo que nos motiva a salir, a hacer algo diferente, a aventurarnos en lo desconocido, ir en contra de los más básicos intintos de conservación y supervivencia. Hay algo de búsqueda, de lucha en eso de ir y volver a ir, pese a todo. Es como si una fuerza oculta empujara nuestros cuerpos, arengara a nuestras almas con un dulce susurro a salir al ruedo- a seguir saliendo!-; a no parar; a no rendirse.
No lo veo como un desequilibrio, aunque muchas veces puede ser síntoma de uno, pero no es esto a lo que me refiero cuando hablo de los verdaderos guerreros irreductibles, aquellos que no se detienen. No estoy hablando de la gente que no para, precisamente porque no quiere parar- quizá no quiere detenerse un momento a pensar?- si no de la gente que siempre se las ingenia y se alza con alguna iniciativa, aquellas personas activas que parecen poner toda su energía en cualquier plan, por más insignificante que sea, y de yapa encima te guiñan una sonrisa. Aquellas personas para las cuales las dificultades no significan solamente escollos en el camino, si no pruebas a superar para poder crecer.
Una vez einsten (creo) dijo "No puedes solucionar problemas diferentes si piensas de la misma manera".
Con las redifiniciones creo que pasa lo mismo, si no nos aventuramos a lo distinto, si no le damos oportunidad a lo que no nos gusta o a lo que no conocemos. Si cerramos la frontera de nuestro propio universo y nos aferramos encaprichamos obstinadamente en nuestros propios conceptos la redefinición es improbable. Sería algo asi como querer que la torta nos salga diferente usando siempre los mismos ingredientes, o utilizándolos siempre de la misma forma.
La visión irreductible habla mucho de los cuestionamientos, ella sostiene que uno tiene que cuestionarse todo, inclusive este mismo cuestionamiento. (no sé si no habrá un plagio- encubierto?- a bernard shaw cuando dice que "Todas las generalizaciones son malas, inclusive esta misma")
Cuestionarse no es fácil; uno carga contra uno mismo- con el cuál es generalmente muy benévolo-, contra la propia seguridad; hace un poco de juez y de acusado. No obstante es indispensable para cualquier proceso de reestructuración, para cualquier refedefinición es fundamental la autocrítica, para el cambio, para sentirse que uno realmente crece en el sentido amplio de la palabra. (en cuanto a la versatilidad, a la variedad y a los recursos, al universo propio que se expande si los cimientos son estables y se lo permiten)
Hoy escuché una frase cargada de tanto entendimiento que entró como un rayo directo en mi cabeza; "El sol está enfermo, no sé que le pasa; a veces sale a veces se esconde".
A veces escuchar a los viejos tiene un sentido especial si uno está realmente atento y no solamente "ahí". La ávidez de entendimiento- característica irreductible si las hay-, puede depararnos un conocimiento que no se encuentra en ningún manual, y posee una riqueza extraordinaria en nuestra proyección. "Hay que trabajar para vivir y no vivir para trabajar"; dijo la misma mujer, que era de esas personas con una actividad que llamaba la atención, irradiando presencia desde todos los ángulos. Incluso quiso ayudar a levantar los platos en una cena con tarjeta (aquellas que tienen servicios de mozos); y este intento de acción fue un aval más que no se trataba de una hipócrita encubierta; si no más bien de una persona consecuente con sus palabras.
Había un hombre a su lado, pero no eran "novios" -aclaró ella-; lo más ridículo de las explicaciones es que se suelen dar innesariamente; la gente está a la defensiva cuidando lo que piensan los demás.. (¿para qué me pregunto?)
En fin, ya me fui de tema aunque no dejan de estar relacionados; creo que esencialmente la visión irreductible de la existencia es aquella que va por la vida con una mirada ávida de entendimiento; cargada de iniciativa y energias, que está siempre en constante ebullición y redefinición. Que siempre tiene una dosis de energías "extras" cuando es necesario; no porque se lo fuerce al cuerpo a hacer cosas que no quiere, sino porque el espíritu inquieto es el que lo demanda y a los rebeldes lo espiritual...nos puede...